Las autoridades penitenciarias cubanas trasladaron al prisionero político Panter Rodríguez Baró de la cárcel Combinado del Este a la de Boniato, en Santiago de Cuba, a casi 900 kilómetros de donde vive su familia, como castigo por no responder al recuento ni reverenciar a los oficiales.
Rodríguez Baró, uno de los miembros del grupo Clandestinos, que pintaban de rojo los bustos del apóstol José Martí y llamaban al cambio en las redes sociales, fue condenado en enero de 2021 a 15 años de privación de libertad por los delitos de Difamación de las Instituciones y Organizaciones y de los Héroes y Mártires y Daños a Bienes del Patrimonio Cultural, una pena más alta a las impuestas a algunos convictos por homicidio o violación y lesiones graves.
Esther Baró Carrillo informó a Martí Noticias que el proceso de traslado de su hijo a la cárcel de Santiago de Cuba ya se completó y alertó que en el nuevo penal puede ser víctima de mayores maltratos que los que padecía en la prisión habanera: “Aquí acaban con ellos pero en provincia los tratan de forma infame. Y no pasa nada. Uno denuncia, habla, pero todo es en vano porque cada día es peor con los presos políticos”.
Baró Carrillo, una mujer de 70 años, está seminválida debido a su edad y a las enfermedades que padece, pero en los seis años que lleva encarcelado Panter, ha acudido decenas de veces a la Fiscalía Provincial y el órgano de prisiones demandando una rebaja de condena para su hijo y mejores condiciones de vida en los penales. Asimismo, ha denunciado los maltratos de los oficiales y guardias del Ministerio del Interior.
“Yo tenía que ir en un carro y en sillón de ruedas para el Combinado, imagine para allá, para Santiago de Cuba. Tengo que ir en un avión y no hay pasajes hasta octubre. Mi hijo no quiere que vaya en tren o en ómnibus porque es un viaje muy largo y en las condiciones en las que estoy me es muy difícil”, declaró.
“Entonces estoy yendo ahí a 15 y K [Dirección Nacional de Cárceles y Prisiones] a ver si puedo ver al jefe para hablar que me lo traigan para acá, porque al final lo trasladaron porque les dio la gana a ellos”, acotó.
“Casi siempre lo tienen metido en la celda [de castigo] porque lo que tienen es un abuso con él porque como él no cede. Él se lo dice a ellos que lo que le tienen preso es su cuerpo, pero su mente nadie se la va a cambiar”, dijo la señora.
“Hoy la justicia no existe y lo mismo castigan al preso que al familiar ¡Eso es un abuso!", denunció.
Además de Rodríguez Baró, fue condenado a nueve años de prisión Yoel Prieto Tamayo. Un tercer acusado, Jorge Ernesto Pérez García, fue sentenciado a un año por usar su teléfono celular para grabar y subir a las redes sociales las acciones del grupo Clandestinos.
La ONG Observatorio Cubano de Derechos Humanos consideró que las condenas contra los integrantes de este grupo evidenciaron "un ensañamiento notorio por razones políticas, en una causa (...) contra la libertad de expresión en Cuba".
Varios artistas urbanos como Aldo "el Aldeano", Silvito el Libre y Ana Olema han exigido insistentemente la libertad de Rodríguez Baró con la etiqueta #FreePanter.