Hospital Nacional de La Habana en crisis: filtraciones, insalubridad y salas cerradas por falta de condiciones

Entrada del Hospital Nacional en Altabana

Con salas clausuradas, mobiliario inservible y una evidente ausencia de higiene, la situación del Hospital Nacional 'Enrique Cabrera' en La Habana, inaugurado en 1961, desata indignación entre ciudadanos y pacientes.

El deterioro de los hospitales cubanos es una realidad preocupante, con múltiples factores que contribuyen a su declive como la falta de recursos físicos y financieros, la mala gestión, la escasez de personal y el deterioro de la infraestructura, según han denunciado ciudadanos que aseguran sentirse impotentes frente a la desidia de las autoridades.

Más del 70% de ellos están enclavados en edificaciones obsoletas y envejecidas, que en promedio acumulan más de seis décadas en funcionamiento. Así sucede con el Hospital "Enrique Cabrera" de La Habana, conocido como el Nacional, que fue inaugurado en 1961, aunque su construcción se había iniciado varios años antes del arribo al poder de Fidel Castro.

Un video enviado a nuestra redacción, por un usuario que se dio conocer como “El gato”, muestra pasillos sumidos en penumbras, sucios, con equipos y muebles rotos tirados por doquier, pisos manchados por la humedad, ventanas despedazadas y paredes desconchadas por las que corren hilos de agua, debido a filtraciones.

“No sé cómo pueden trabajar aquí, de verdad que no. Una medalla merecen los doctores de aquí de este país. Parece sacado de una película de terror”, exclama indignado.

“Ese piso es el de las embarazadas”, aseguró Felipa Arencibia, residente en Boyeros, en referencia al video recibido.

“Hay salas cerradas, ahora mismo la sala de paridas está cerrada, las embarazadas paren y al otro día las mandan para su casa porque no hay condiciones en el hospital”.

En una llamada de Martí Noticias al Hospital Nacional, un empleado de la pizarra explicó que hay varias salas cerradas “por reparación” pero dijo no conocer más detalles y nos remitió a la dirección del centro de salud que nunca respondió a nuestras llamadas.

“Vivo a seis cuadras del Hospital Nacional, es un asco, falta de higiene, el piso está con tremenda suciedad. Ahí no hay agua y casualmente tengo una amistad mía que estuvo ingresada ahí y vi la situación que pasan las embarazadas que tienen que llenar hasta un cubo de agua para el otro día poderse bañar”.

El Hospital Nacional, general y docente, dentro de sus principales funciones tiene la de atención médica a la materna extremadamente grave.

“Las paredes están pésimas, sin pintar, con filtración, descascaradas”, señaló Arencibia.

“Ahí las sábanas están en pésimas condiciones, empercudidas, manchadas. Y eso, si te la ponen porque hay pacientes que los ponen en el colchón pelado. Los colchones que son de esponja, están llenos de huecos y en muy malas condiciones, sucios”, agregó.

“Las moscas están arriba de uno y las cucarachas caminan por las mesitas de las salas. No hay recursos ni medicamentos y las camillas son un asco, lo mismo acuestan un paciente con sangre y viene otro y lo ponen ahí también y las sillas de ruedas para trasladar a los enfermos estás rotas”.

Sesenta y cuatro años después el hospital ubicado Alta Habana, en el municipio Boyeros, arrastra su vetustez agravada por la ineficiencia administrativa y la falta de presupuesto que afectan la calidad de la atención, los equipos médicos viejos o inoperantes y la insuficiencia de profesionales y operarios de limpieza y mantenimiento, así como de medicamentos y suministros.

Como en el resto del país, hay problemas severos en el suministro de energía eléctrica que empeora por la falta de equipos de respaldo de energía con las plantas generadoras dañadas o fuera de uso. Asimismo, trabas con el abastecimiento, almacenaje y distribución de agua potable.

“No hay nada, como en todos los hospitales. Hay cosas sucias, hay chinches, cucarachas, de todo. Aquí no fumigan en las casas ni en ningún lado”, precisó Esther Baró, una boyerense de 70 años que ha estado ingresada varias veces en el centro de salud.

“La gente no quiere trabajar en el hospital por lo que pagan que a nadie le da para nada. No tienen los instrumentos para limpiar, ni agua, ni desinfectantes”.

“Ahí hay muchos lugares que no hay luz [partes del hospital]. Los médicos y las enfermeras son muy buenas personas y muy buenos médicos, pero es que no son magos, no tienen medicamentos, bastante hacen", destacó.

“Yo estuve, no hace tanto, ingresada. Cuando me ingreso, voy con mis cosas. Hay que llevar hasta lo más mínimo, pero es que aquí en este país todo está muy malo, por lo menos para el pueblo, para los de abajo, para nosotros los humildes, esto está de mal en peor”, sentenció.